La peor pesadilla que puedas imaginar
la sufre en sus carnes un inocente animal
criado a la fuerza en una granja industrial
para el ser humano solamente es capital.
Lejos de su familia, en una jaula encerrado,
temblando, llorando, mordiendo el candado.
Humanos al otro lado, pide ayuda con violencia
y a su impotencia le responden con indiferencia.
Le sacan de la jaula al cabo de unos días,
la locura le invadía y ya de nadie se fía.
Le llevan a una sala en la que se escuchan llantos,
gritos de dolor y cadenas temblando.
Allí no se creía lo que sus ojos veían:
animales mutilados que habían sido torturados
que antes eran como él, y han rozado la muerte.
Entonces supo bien que correría la misma suerte.
Torturas realizadas en nombre de la ciencia
cobran millones de vidas rebosantes de inocencia.
Y a estos sádicos, no les remuerde la conciencia,
torturan animales con total indiferencia.
El antropocentrismo, el especismo, el egoísmo,
el solo preocuparse de lo que le pasa a uno mismo,
es la única explicación que veo a esta crueldad.
El progreso no lo justifica, ¿dejarías en ti experimentar?
Esto no es ficción, pasa todos los días,
no a la vivisección, existen otras vías.
Pasemos a la acción, nunca más pasivas,
una liberación: dime, ¿tú lo harías?
Cualquier noche, entre sombras y cizallas,
cuando no lo esperen llegarán pasamontañas.
Un mensaje claro en la pared dejarán:
frente de liberación animal.
Recopilatorios temáticos. Todo el dinero que se saque en mi disco y los suyos es para ese colectivo, para la difusión y la lucha antiautoritaria. Kämpa